Tras el muro, más muros

El mundo ha pasado en veinte años de la euforia de la caída del muro de Berlín y de la utopía de un mundo único y más igualitario al levantamiento de nuevas murallas. Ese sueño de un nuevo amanecer para la humanidad que representó para muchos el fin de la guerra fría se debilita día a día con la construcción de nuevas fronteras concretas entre personas: la gran pared en Israel, la valla en Melilla (Marruecos - España), el levantamiento del cerco entre Estados Unidos y México. Pero no son los únicos. Otros se yerguen más sutiles pero no menos poderosos: la barrera tecnológica es uno de ellos y no es menor, los millones de analfabetos digitales que reproducirán el círculo de la pobreza.

El implacable muro del hambre es cada vez más vergonzante en un mundo que reboza de abundancia. En tanto que 1000 millones de personas se tambalean de hambre, en un mundo que produce cada vez más alimentos, más de un tercio de la población de los países desarrollados tienen sobrepeso. Todo esto incide directamente en la esperanza de vida: mientras que en India la vida araña los 60 años, los franceses promedian ochenta, en Malí las personas viven 45 años y en Ecuador los números dicen que los ancianos llegan a ver el sol hasta los 70, (según el estudio Hungry Planet, Peter Manzel). Siempre que tengamos muy claro que “si en el mismo país hay dos personas y dos pollos nos significa que exista un pollo para cada uno”, como muchas veces nos hacen creer las fríos estadísticas oficiales. Este salvajismo de la pobreza extrema es aun un acomodamiento de la caída del Muro. El mundo con una ideología única, lejos de traer igualdad, fraternidad y libertad, exportó democracias a través de la fuerza y desarmó los Estados nacionales transformándolos en mala palabra de la mano del consenso de Washington que en los hechos no termina de caer.

El resultado: cataclismo social en Latinoamérica (empezando por Argentina) y debacles económicas cíclicas en todo el planeta (la más reciente en 2009, con la crisis de las hipotecas en EEUU), antes vale el ejemplo del caso de corrupción en la compañía en Enron y la crisis en los organismos internacionales. En el área del pensamiento, la izquierda todavía no encuentra su lugar y recientemente se alinea en el frente de los “derechos humanos” mientras que la derecha, obtusa, sigue creyendo que el mercado todo lo arreglará.
Cómo positivo, una enorme y creciente participación social en todo el mundo: todos estos temas aquí enumerados existen en la agenda pública internacional principalmente porque las organizaciones sociales trabajan para establecerlos: desde la instalación de la Corte Penal Internacional a los comedores del barrio. Donde hay un problema, hay una organización social trabajando en su solución. Pero no alcanza, hace falta más. Hacen falta a todos los ciudadanos reclamando por políticas públicas serias, eficientes y sobre todo, urgentes, que promuevan la inclusión social y combatan el hambre hoy, ya mismo. El empobrecimiento –es un deber señalarlo – genera una enorme cantidad de sufrimiento en millones de seres humanos a quienes condena a su única vida por debajo de su potencial humano. Los obliga a vivir del otro lado de esa cortina tan tangible como el hierro y los separa de quienes tenemos nuestros derechos garantizados y por ello la obligación de poner nuestros máximos esfuerzos por derribar definitivamente las murallas que nos avergüenzan en tanto seres humanos.

LOS MÚLTIPLES ROLES DEL PERIODISMO

Por Alicia Cytrynblum

Para LA NACION



Más allá de lo que signifique para unos y otros la ley de servicios audiovisuales, es una excelente oportunidad para volver a pensar el papel de los medios de comunicación en la vida democrática.



Existe un rol que por evidente no deja de ser el más complejo: contar lo que pasa. El contrato social de la prensa es, justamente, resignificar la realidad a partir de la mayor cantidad de fuentes para conformar un relato en donde el mapa sea lo más parecido posible al territorio. Por supuesto, que las perspectivas de la conformación de las empresas de la prensa mediatizan el discurso. Pero del mismo modo lo haría una empresa pública o una organización social. Es decir, no hay discurso inocente o imparcial, sino una multiplicidad de discursos que va conformando una realidad compleja. Cuanto más fuentes diversas y variadas en sus posiciones y sectores estén presentes en el relato periodístico, más rica será esa recomposición desde la óptica de determinado medio.


Los nuevos ciudadanos y ciudadanas acostumbrados a la lectura crítica de los medios están mucho más entrenados en leer con facilidad el metadiscurso de verdad/mentira que todo lo atraviesa. Es decir, es difícil demonizar a un solo medio, a menos que su posición en el mercado sea tan dominante que no deje lugar a otras voces y posiciones.


¿Es el caso? Sin lugar a dudas en nuestro país la situación ha llegado a límites extremos, algo cuya corrección debe ser festejado, ¿pero su enmienda alcanzará para corregir lo que se pretende? ¿O la complejidad de la actualidad con el avance de la tecnología, la sofisticación de los ciudadanos, la cantidad de las organizaciones sociales, la discrecionalidad de la distribución de la pauta oficial nos obliga no a una única ley, sino a varias y a un pensamiento más complejo?


En este sentido, ¿quién bregará porque los pueblos originarios tengan su radio? ¿Cómo se decidirá cuáles serán las organizaciones sociales que la conseguirán? ¿Cuál será su sustentabilidad? ¿Qué se entiende por organizaciones sociales, sindicatos?


* * *

Esto nos lleva a otra de las funciones fundamentales de la prensa: el control de la gestión pública. Para llevarla adelante, se precisan periodistas idóneos en la investigación periodística, con experiencia profesional y empresas sólidas que puedan pagarlas y responder a los juicios y embestidas que puedan devenir de esas investigaciones. ¿Watergate hubiera sido posible desde una ONG? ¿O siempre hubiera sido necesario The Washington Post para quebrar a Nixon?


Está claro que hay una relación virtuosa entre los medios alternativos y los masivos en beneficio de la democracia. Es por eso importante entender que forma parte de la naturaleza misma de la prensa como institución clave de la democracia tener un espíritu crítico, saludablemente alejado del gobierno. Ser, como decía Botana, fundador del viejo diario Crítica , "el tábano que pica para mantenernos despiertos". Entender esta función inalienable del periodismo en la democracia como oposición depende de la voluntad del gobierno para someterse a las instituciones.


Por supuesto que no existirá nada parecido al periodismo si se depende de la publicidad oficial a menos que ésta sea entendida como un incentivo para organizaciones y pequeñas comunidades de desarrollo en el cual desaparezca cualquier intento clientelista mientras existan leyes que la regulen. Para ello, deberá existir un organismo que controle al Estado y no a los medios.


Nuestra sociedad ya ha madurado para que cualquier cosa similar al diario de Yrigoyen no tenga futuro. Y, por último, la democracia precisa salir fortalecida con más voces, más medios, más calidad periodística y más mirada crítica. Ese debe ser el objetivo por cumplir con esta ley de servicios audiovisuales o sin ella.

La autora es presidenta de la asociación civil Periodismo Social

“SER CIUDADANO ES TENER ACCESO A LA SALUD, A LA EDUCACIÓN Y ASIGNACIÓN POR HIJO”


Entrevista a Daniel Arroyo, experto en pobreza


En estos días la pobreza volvió a aparecer en la escena pública de la mano de los números del Indec. Mientras que para los privados la cantidad de argentinos cuyos derechos están siendo vulnerados por la pobreza son casi el 35 por ciento de la población. Para el Indec, ese guarismo es del 13,9 por ciento. Dos mundos aparte.
En esta entrevista consultamos a un especialista, Daniel Arroyo, licenciado en Ciencia Política que fue vice-ministro de Desarrollo Social de la Nación en la gestión Kirchner y ministro de la misma cartera de la provincia de Buenos Aires hasta mediados de año. Lo suyo es una de las pocas veces en que academia y gestión van de la mano: complementa su trabajo en lo público con libros, posgrados y exposiciones sobre posibles salidas a la pobreza.

-Ud. es de los pocos que pasan por la gestión en sitios de poder, y sigue siendo visto como técnico, ¿cómo lo hace?


Lo primero es que me especialicé. Yo estudié en serio. Y segundo es que nunca perdí el espíritu crítico, tanto de lo que se hace en el gobierno, como de lo que yo hice. Estoy muy acostumbrado a dar conferencias donde alguien levanta la mano y me dice: “mire yo lo estoy mirando a los ojos a ver si usted dice la verdad”. Yo creo que cuando la gente dice “los políticos”, se refiere a gente que está dispuesta a avanzar bajo cualquier circunstancia. Y los que me conocen, saben que voy a hacer cosas que conozco: política social.


- En el presupuesto nacional enviado no hay una línea presupuestaria para la asignación universal por hijos y esta demorado el presupuesto para los programas sociales. ¿No es una prioridad en este momento la política pública contra la pobreza?

Estoy absolutamente en favor de la asignación universal por hijo y creo que es imperioso hacerlo en Argentina, como está surgiendo en Chile, Brasil y Uruguay. La situación de la pobreza en Argentina tiene dos etapas. Desde el 2002, comienzo del 2003 hasta mediados del 2007 la pobreza bajó en Argentina. Por crecimiento económico 9 % anual más políticas sociales. Desde mediados de 2007 en adelante empezó a subir la pobreza. Por dos razones, una por el aumento del costo de alimentos, por el aumento de la inflación (es decir es pobre la persona que cuando va a comprar una cosa le sale más cara y no la puede comprar) y dos por cierto parate de actividades productivas, que son la construcción, el textil, el calzado, el metal mecánico, las curtiembres y los frigoríficos. Si esos sectores andan mal, la pobreza aumenta porque son sectores que incorporan a la población con baja calificación. Le agregaría a eso un problema de costo fijo en las personas. A los sectores pobres les pasa lo mismo que a la clase media en otros insumos: con el tema del celular, las zapatillas, la garrafa, con determinados consumos básicos que tiene muy instalados.


-¿Cuáles son las políticas prioritarias para superar la pobreza en Argentina?

Para mi hay que aplicar un conjunto de cinco políticas. La primera es extender la asignación universal por hijo, cubrir paulatinamente la población de 0 a 18 años. Hoy el 60% de la gente que trabaja está en el sector formal y sólo ese cobra salario familiar. No cobra salario familiar el que trabaja en negro o el que tiene trabajo no registrado, el que está desocupado o el que es cuentapropista, es un derecho que nos quedó al revés. Cuando fue pensado, la política social y el sistema de protección social en Argentina en los 60, 70, estaba bien pensado, todo se hacía pasar por la boleta de salario. La obra social, el beneficio provisional, el beneficio sindical, lo que tenía que ver con la asignación por hijo, ¿por qué? Porque había 3% de desocupación y todo el mundo tenía trabajo formal y entonces era lógico pasarlo por ahí. Nos quedó ahora desfasado, sólo el 60 % de los que trabajan están en esa situación y entonces nos quedó un derecho inverso. Cobra asignación por hijo mi señora, nosotros tenemos dos hijos, y no lo cobra la señora que es empleada doméstica o el que hace changas. Ese esquema es el que hay que cambiar. Ese es el punto ineludible para discutir en Argentina, porque nos marcaría un nuevo piso. Es decir, menos que esto no tiene nadie. Ser ciudadano en Argentina es tener un mínimo acceso a la salud, a la educación y asignación por hijo. Es decir, arrancamos todos de esta base.


-Pero no estamos en este camino…

A mí me parece que estamos en ese camino, no parece que en lo inmediato se pueda llevar adelante. Pero hoy es una discusión fuerte en Argentina, y es una discusión fuerte en el Mercosur. Está bastante más instalado el debate que hace 2 o 3 años. Creo que las cosas en América Latina surgen así, se instalan temas en la agenda, en los debates y, luego, aparecen en las políticas públicas.


- Sí, pero si en el presupuesto nacional no hay una partida no se ve como una política pública…

Si no hay presupuesto, no hay política pública, eso claramente es así. Yo no sé cuando se va a poner en marcha la asignación universal por hijo en Argentina, pero estoy convencido que todo el debate va a terminar en eso. Y finalmente, con el presupuesto la posibilidad de transferir partidas hace que sea posible. La asignación por hijos si uno la extiende de 0 a 18 años todo junto de un día para otro, al valor que tiene la asignación hoy que es de $135 por chico son 6 mil millones de pesos. Está claro que no existe eso, el Estado no tiene 6 mil millones de pesos para poner inmediatamente. Hay que plantearlo por etapas, se me ocurre que hay que arrancar por etapas, de 0 a 6, después de 6 a 12 y después de 12 a 18. Otro podrá pensar no, mejor empezar por el NOA, el NEA, pero sí esta claro que hay que hacerlo.


-¿Cómo entiende una alianza virtuosa ONGs/Estado sin políticas clientelares?

Me parece que el modelo de articulación entre el Estado y las organizaciones sociales tiene que ser un modelo de mucha interacción desde el momento del diseño. Me parece que, con la asignación universal nosotros creamos el consejo consultivo en la provincia de Buenos Aires con 35 organizaciones muy fuertes. Creo que las transformaciones surgen de esta articulación.


-Ud. ve a los microcréditos como una gran oportunidad para salir de la pobreza (Arroyo está a cargo del área en el Banco Provincia)

Sí, dos terceras partes de los sectores pobres de Argentina trabajan a diferencia del resto de América Latina. Tenemos una parte de pobreza estructural que está en situación altamente precaria y el resto de los pobres son gasistas, plomeros, carpinteros y pequeños emprendedores. Esa población está descapitalizada, el pobre hoy de un gran centro urbano, es un mecánico de autos que nadie le da créditos para comprarse la computadora, entonces atiende los autos hasta el 82 o es una señora que cose ropa y que nadie le da crédito para dar un salto y tener otra máquina más. Hay 4 millones de personas que trabajan en nuestro país y que por distintas razones no acceden al crédito bancario.


-¿Hay otros bancos públicos trabajando?

El Banco Nación había arrancado, con una experiencia, que no la ha seguido tanto, que fue el tema del fomicro, por lo menos como una primera idea de cómo encarar.


Según las Organizaciones Sociales la devolución de los créditos es del 98%.

Es así a nivel general. En el Banco Provincia, en las líneas de microcréditos que nosotros tenemos, la mora es de 1,5%. ¿Por qué los pobres devuelven? Por dos cosas, porque tienen una cultura de devolución natural, de honrar la palabra, y la otra porque es la única fuente de financiamiento natural. Buscan devolver para acceder a un nuevo crédito. Alguien que tiene un kiosquito delante de la casa, sacó un crédito de $ 1500 para comprar mercadería, vio que le fue bien, y quiere devolver rápido para sacar $ 3000 en vez de $1500 para capitalizarse. Cuando el Estado o el banco público no llega la gente se financia igual con sistemas de usuras, con tasas brutales al 140 o 200 % anual.


-De todos modos la pobreza es un buen negocio para algunos, en las últimas elecciones vimos ejemplos espantosos del uso clientelar de la pobreza.

-Creo, que más allá de los que hacen eso, la población pobre es muy racional, a todos les dice que sí, y que los van a votar, y luego votan y hacen lo que quieren. Claramente que los sectores sociales bajos están mucho más entrenados que los propios dirigentes, pero después a la hora de votar, hacen lo que les parece mejor.


-La dirigencia atrasa…

-La dirigencia atrasa y yo creo que los sectores pobres en Argentina son tan posmodernos como los no pobres, esto es, tienen que actuar muy racionalmente, tiene bajas expectativas de futuro, ubican qué es lo que quiere el interlocutor y luego hacen lo que les conviene.


-Cómo convencemos a los bancos privados que -pese a las restricciones en la ley de bancos para dar microcréditos- los den a través de sus programas de RSE.

-Hay restricciones para dar microcréditos pero son cada vez menores. El núcleo de la pobreza es de una población descapitalizada y los privados, saben lo que necesitan los pobres para dar un salto de calidad. La Argentina es un mundo donde la pobreza sube pero baja rápidamente, porque con capitalización y con condiciones económicas la gente se inserta en el mercado laboral rápidamente.


-¿Hay una esperanza entonces?

-Yo soy optimista en estos términos, a mi me parece que se está dando un debate importante en la Argentina, en torno a cómo mejorar la situación social. En su momento el sistema de protección social atado al salario y al salario informal tenía lógica, hoy no. Creo que es bueno que todos estemos pensando cómo cambiar. Soy optimista en términos de que me parece que el tema está en agenda y que se discute en distintos ámbitos.



DEL DICHO AL HECHO

- ¿Lo mejor de su paso por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación?

Estuve como viceministro 4 años y medio (mayo de 2003 - diciembre de 2007) y después como ministro 2 años en la provincia de Buenos Aires. Los logros significativos en todo ese proceso, si tuviera que simplificarlo, son tres: uno es en el Gobierno Nacional, haber puesto en marcha el plan manos a la obra, que fue articular lo productivo con lo social con créditos de apoyo productivo. La idea es que los sectores pobres, no sólo son quienes no tienen piso de material sino aquel que trabaja sin máquinas, de manera precaria. Haber instalado la idea que en el área social hay que orientar a lo productivo, hay que dar crédito, hay que hacer evaluación de mercado y planificar. En la provincia de Buenos Aires, como ministro, es haber hecho que las 600 mil madres que recibían un bolsón de alimentos tengan un tarjeta, que además de romper todo el tema del clientelismo y la entrega de alimentos, le permite comprar lo que quiere y como quiere, es decir, es una forma de mejorar la política social y de mover la economía local. Y lo tercero es haber empezado con el programa de universalización de las asignaciones familiares, en la provincia de Buenos Aires pusimos en marcha el derecho garantizado para la niñez, que lo que hizo es que las madres que tienen chicos menores de 6 años puedan cobrar asignación familiar, las que no están cobrando, porque hoy sólo cobran las que tienen boleta de salario, las que tienen trabajo formal y no el resto. Es un derecho al revés, lo cobran los que están mejor y no lo cobran los que están peor.


¿Y las críticas?

Yo te diría dos, una es que nos faltó avanzar muchísimo en todo lo que tiene que ver con el tema de jóvenes, especialmente los 900 mil jóvenes de 16 a 24 años que no estudian ni trabajan. Yo hice varios programas, me metí mucho en la discusión, pero acá faltó un gran plan social para jóvenes que hoy no lo tiene Argentina. Y la segunda un proceso de reforma del Estado, yo creo que las áreas del Estado en lo social tienen que tener desembolsos rápidos, tiene que tener una mecánica, una dinámica rápida que hoy no tiene, entonces una persona presenta un proyecto para una panadería, tardamos 9 meses en entregarle el fondo y cuando recibe el fondo le sirve para comprar la mitad del horno de pan.

CIRCO SIN PAN

Ante todo quiero dejar en claro que me encanta el fútbol. Soy fanática de Boca. Soy esas mujeres raras que tiene el codificado por su propia voluntad para ver el equipo de sus amores y yo solita –sin ayuda masculina- me ocupe de que mi hijo sienta esos colores únicos que hacen vibrar el corazón. Una vez informado ese punto, me gustaría entrar de lleno en el tema de esta columna: los 600 millones de pesos que el Estado destinará al futbol. Así enunciado es un dato como otros. Pero merece un análisis para entender que si se lo compara con otros recientes se trata de un auténtico escándalo nacional. Hace pocos días, la presidenta en persona explicó ante las cámaras que lo máximo que el gobierno podía hacer por compensar a los tamberos en quiebra era una inversión de 500 millones y ni un peso más, 20 centavos por litro, para un producto fundamental de la canasta básica que en la góndola roza los 3 pesos y que es de consumo elemental para la nutrición adecuada de la niñez en la primera infancia.


En estos días la pobreza se ha instalado en la escena nacional como nunca en los últimos tiempos, primero la emplazó la iglesia con las declaraciones de Monseñor Casaretto y luego el Papa con su denuncia internacional. En ese contexto, este “adelanto” a la AFA que es leída por las mayorías como un éxito del gobierno en su batalla “por la liberación del fútbol” y por otros como un paso más en sus embates contra el “multimedio”, o el fortalecimiento del inoxidable Grondona, a otros muchos, entre los que me incluyo, nos indigna profunda y genuinamente que mientras más del 30 por ciento de los argentinos no logran servir una merienda saludable con leche llena de proteínas al 50 por ciento de los chicos y chicas de nuestros hijos –por que los chicos son todos nuestros hijos-Es decir, Circo habrá. Pan, no.

"CUANDO LOS MEDIOS HABLAN DE LOS CHICOS EN CONFLICTO CON LA LEY PENAL”

El Capítulo Infancia de Periodismo Social presenta este martes 18 de agosto el informe especial: “El Encierro Mediático, los diarios y los chicos en conflicto con la ley penal” en el Centro Cultural Rojas de la Ciudad de Buenos Aires , junto a sus socios estratégicos UNICEF en Argentina, Fundación Arcor y Fundación C&A.


El informe es el quinto de su serie anual, “Niñez y adolescencia en la prensa argentina 2008” donde detalla un exhaustivo análisis sobre lo publicado en 2008 por 22 diarios de todo el país.



Algunos adelantos:

Una de cada cuatro noticias sobre chicos acusados de cometer delitos no citó fuente alguna. Es decir, el 25 % del total.

El 65 por ciento de las noticias sobre chicos en conflicto con la ley penal incluye términos peyorativos.

El destino de adolescentes y jóvenes infractores y presuntos infractores de la ley penal, su realidad respecto de la salud y la educación, y cuál es el trayecto que realizan en el Sistema Penal son aspectos casi desconocidos por los medios y sus periodistas

El día de la presentación se llevará a cabo una mesa redonda para reflexionar sobre el tema “chicos, medios y delito” con la presencia de:

• Eugenio Zaffaroni (Juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación );


• Florencia Saintout (directora del Observatorio de Comunicación, Juventud y Medios, de la Facultad de Periodismo de La Plata )


• Gimol Pinto (especialista en protección de derechos, UNICEF-Argentina).


• Coordinación de Liliana Hendel (psicóloga y periodista de Canal 13).



Lic. Alicia Cytrinblum – Directora de Periodismo Social.

¨ Es muy importante que los medios de comunicación mejoresn la calidad de la información sobre la juventud y los niños, en general de los niños pobres, y empiecen a incorporar la perspectiva de derechos, porque cuando se revictimiza a chicos que ya son víctimas, porque cuando un chico sale a robar, cuando un chico sale a ser agresivo en la calle, es porque le han pasado demasiadas cosas en la vida, no son chicos que han tenido la oportunidad de ir a un buen colegio, una buena educación, de tener salud, de vivir en una buena casa... han vivido infiernos y ese infierno lo traducen en el infierno que le hacen padecer a otra gente¨


UN GENOCIDIO SÓLO ES POSIBLE CUANDO CADA PERSONA DE UNA SOCIEDAD SE SOMETE

Entrevista a Inés Weinberg, Jueza de la Corte Penal de Naciones Unidas


La jueza Inés Weinberg nos recibe en su despacho de la presidencia de la Cámara de Apelaciones en lo contencioso administrativo de la Ciudad de Buenos Aires. Cuando habla, su tono es tan bajo que es difícil escucharla, más aún imaginarla en una sala parecida, pero en Ruanda, escuchando los testimonios de quienes padecieron una de las masacres más tremendas del siglo XX. Sin embargo, en el transcurrir, la charla deja aparecer la mujer apasionada que esconde. “Siempre quise formar parte de un organismo de este tipo, que juzgue crímenes de lesa humanidad y cuando se dio la oportunidad, la Argentina me postuló y pude ingresar”, afirmó a Periodismo Social.


-¿Qué hecho de su vida personal la llevó a participar de algo tan dramático como los juicios de Ruanda?

-Hay quien dice que el hecho de ser parte de la comunidad judía y de haber perdido gran parte de mi familia en la segunda guerra mundial, me ha puesto más proclive a este tipo de acciones, pero yo creo que todas las personas saben lo que es el bien y el mal, más allá de lo que le haya pasado en términos personales.

-¿Cree que los dictadores están más contenidos a partir de estos dispositivos de la justicia internacional?

-Los crímenes de lesa humanidad y los genocidios son hechos muy complejos que no se suscriben a los dictadores sino que involucran a toda la sociedad, y que un castigo remoto no creo que pueda frenar, pero de alguna manera desde la creación de estos tribunales hay una suerte de límite más a las barbaridades.

-¿Cómo fue su experiencia personal en África?

-Al principio escuchaba los testimonios de personas que -a pesar que había pasado mucho tiempo- estaban muy tristes por todo lo vivido y precisaban mucho coraje para contar lo que contaban, pero con el tiempo no pude evitar involucrarme cada vez más con ellos y me sentí parte del proceso.

-¿El juicio terminó?

-En los que yo estaba sí, pero todavía hay algunos en marcha.

-¿Volvería a formar parte de otro tribunal internacional?

-Sí, definitivamente.

-Tanto la Corte Penal Internacional como los Tribunales de la ONU parecen estar centrados en los crímenes cometidos por los países de África. ¿Podemos esperar que alguna vez juzguen a EE.UU. o a Bush, por haber llevado al mundo a una guerra que se comprobó que se realizó con argumentos falsos, destruyó a Irak y produjo miles de muertos?

-Es innegable que la justicia internacional está ligada al poder. De hecho, también en Ruanda se juzgó a los que perdieron y no significa por eso que los ganadores hayan estado exentos de culpabilidad. Robert McNamara, el cerebro de Vietnam, dijo que mucho de lo que pasó allí debió haberse juzgado como crimen de guerra. Por eso creo que debe pasar un tiempo antes de empezar los juicios. A diferencia de lo que pasó en Argentina donde Alfonsín asumió esa tarea inmediatamente después. Fue algo que no se logró en otros países y por eso que luego hubo que firmar esas amnistías.

-¿Cree que el mundo tomó dimensión de la barbarie que se cometió en Ruanda?

-No. Y en parte creo que la prensa tiene mucho que ver. Se minimizó al hablar de guerras tribales, en lugar de hablar de guerra a secas, que es lo que verdaderamente fue y transformar el tema en un tema africano y no en un tema del mundo.

-Las ONGs tuvieron una gran incidencia en la creación de la Corte Penal Internacional en el 2002, ¿siguen teniendo esa relevancia?

-Si, particularmente en los tribunales de las Naciones Unidas donde los Estados y las organizaciones postulan por igual a los jueces que van a intervenir, lo que le da una gran transparencia y participación a todo el proceso.

-Después de su experiencia personal como persona de la comunidad judía, como argentina y de haber vivido el horror de Ruanda, es decir, de haber participado en una sola vida -tanto en calidad de víctima como de testigo- de crímenes de lesa humanidad y genocidios, ¿tiene alguna conclusión acerca de la naturaleza humana?

-Veo un denominador común, el miedo. El miedo a perder, a que maten a tus seres queridos, el miedo al otro grupo. A medida que se van acentuando las diferencias en ambos bandos a los tibios se los obliga a tomar posición, no se les permite subsistir. Lo que llama la atención es que estas situaciones no hubieran sido posible si cada uno de nosotros hubiera dicho esto está mal, esto no se hace. Son crisis de miedo colectivo y personal. Si cada uno se planta y no participa, estas cosas no pasarían. Es una mezcla entre ser parte del grupo y quedar aislado. Günter Grass en su libro “Las capas de la cebolla” donde cuenta su juventud en las SS relata la vida de un joven perfectamente ario que dice “nosotros no hacemos estas cosas” y termina en un campo de concentración… Pero si cada uno se plantara con esa determinación…

-Creo que el siglo XX fue el de la conciencia. Luego del Nazismo tomamos conciencia como especie de lo que somos capaces de hacer y como consecuencia se alumbró la Declaración Internacional de los Derechos Humanos, ¿no cree que el S. XXI tiene algo de cinismo si luego sigue habiendo genocidios y hambrunas?

-Yo no me enrolo en el cinismo. Creo que vamos despacito, mejorando. Tenemos mas conciencia. Tenemos que trabajar como humanidad en otros aspectos no sólo con los crímenes de lesa humanidad sino con el medio ambiente, pobreza y la educación. Se trata de una mayor concientización en muchos aspectos para que toda persona humana se sienta humana aun si su vida no está en riesgo, porque también es mas fácil reaccionar de una manera deshumanizada cuando tu vida no es muy humana, cuando no tenés agua, cuando no tenés electricidad o trabajo.

-¿Cree que los medios de comunicación tienen un papel a cumplir en este sentido?

-No soy una experta, pero veo que cuando toman un tema lo pueden poner en el primer plano o como fue el caso de Ruanda, dejar que pase como una noticia más. Tienen un gran poder.




LA MATANZA DE RUANDA


Ruanda es un país de África Central que fue colonia Alemana desde fines del siglo XIX y protectorado belga, hasta obtener su independencia en 1962. Hay dos etnias o castas que se encuentran divididas: los Tutsis han sido durante los últimos años quienes concentraron el poder político y económico del país. Esa desigualdad resintió a los Hutus, y este malestar desató una ola de violencia y odio.

Cuando el 6 de abril de 1994 fue asesinado el presidente hutu Juvenal Habyarimana, esta etnia acusó a los tutsis de haberlo matado. Aunque nunca se comprobó, los hutus iniciaron un genocidio que se cobró un millón de vidas en apenas tres meses.

Ese mismo día, cuando la luz del sol se fue apagando, comenzó la matanza contra los tutsis, a golpes, machetazos y palazos, incluyendo a mujeres y niños.

Si se compara la provincia de Tucumán con Ruanda puede establecerse que, en dimensiones de superficie similares, los contrastes son notorios: el país africano está habitado por 9 millones de personas y su densidad de población es de 343 habitantes por kilómetro cuadrado; es decir, cinco veces mayor que la de la provincia del noroeste argentino, que supera el millón de personas.


LA JUSTICIA INTERNACIONAL

Existen dos órganos judiciales internacionales en temas de crímenes internacionales. El 10 de febrero de 1995, unas 200 organizaciones no gubernamentales de larga trayectoria en la defensa y promoción de los derechos humanos como Amnistía Internacional, crearon la Coalición Internacional de ONGs por una Corte Penal Internacional (CPI), para trabajar en apoyo a la creación de un tribunal que sea justo, eficaz e independiente.

Después de un largo proceso, se realizó en junio de 1998 en Roma una Asamblea General de la ONU para aprobar el Estatuto definitivo de constitución de la CPI. Según su artículo quinto se erige para juzgar crímenes de lesa humanidad, genocidios, crímenes de guerra y de agresión. Esta Corte tiene personalidad jurídica internacional y puede ejercer funciones en cualquier parte del territorio de cualquier Estado.

La Corte Internacional de Justicia en cambio, es el órgano de judicial de la ONU. Se ocupa de casos entre Estados sin enjuiciar a individuos.

La competencia de esta Corte se extiende a los litigios de asuntos previstos en la Carta de las ONU como la interpretación de un tratado y cualquier cuestión de derecho internacional.




 

UN GENOCIDIO SÓLO ES POSIBLE CUANDO CADA PERSONA DE UNA SOCIEDAD SE SOMETE

Entrevista a Inés Weinberg, Jueza de la Corte Penal de Naciones Unidas
Por Alicia Cytrynblum




La jueza Inés Weinberg nos recibe en su despacho de la presidencia de la Cámara de Apelaciones en lo contencioso administrativo de la Ciudad de Buenos Aires. Cuando habla, su tono es tan bajo que es difícil escucharla, más aún imaginarla en una sala parecida, pero en Ruanda, escuchando los testimonios de quienes padecieron una de las masacres más tremendas del siglo XX. Sin embargo, en el transcurrir, la charla deja aparecer la mujer apasionada que esconde. “Siempre quise formar parte de un organismo de este tipo, que juzgue crímenes de lesa humanidad y cuando se dio la oportunidad, la Argentina me postuló y pude ingresar”, afirmó a Periodismo Social.

-¿Qué hecho de su vida personal la llevó a participar de algo tan dramático como los juicios de Ruanda?

-Hay quien dice que el hecho de ser parte de la comunidad judía y de haber perdido gran parte de mi familia en la segunda guerra mundial, me ha puesto más proclive a este tipo de acciones, pero yo creo que todas las personas saben lo que es el bien y el mal, más allá de lo que le haya pasado en términos personales.

-¿Cree que los dictadores están más contenidos a partir de estos dispositivos de la justicia internacional?

-Los crímenes de lesa humanidad y los genocidios son hechos muy complejos que no se suscriben a los dictadores sino que involucran a toda la sociedad, y que un castigo remoto no creo que pueda frenar, pero de alguna manera desde la creación de estos tribunales hay una suerte de límite más a las barbaridades.

-¿Cómo fue su experiencia personal en África?

-Al principio escuchaba los testimonios de personas que -a pesar que había pasado mucho tiempo- estaban muy tristes por todo lo vivido y precisaban mucho coraje para contar lo que contaban, pero con el tiempo no pude evitar involucrarme cada vez más con ellos y me sentí parte del proceso.

-¿El juicio terminó?

-En los que yo estaba sí, pero todavía hay algunos en marcha.

-¿Volvería a formar parte de otro tribunal internacional?

-Sí, definitivamente.

-Tanto la Corte Penal Internacional como los Tribunales de la ONU parecen estar centrados en los crímenes cometidos por los países de África. ¿Podemos esperar que alguna vez juzguen a EE.UU. o a Bush, por haber llevado al mundo a una guerra que se comprobó que se realizó con argumentos falsos, destruyó a Irak y produjo miles de muertos?

-Es innegable que la justicia internacional está ligada al poder. De hecho, también en Ruanda se juzgó a los que perdieron y no significa por eso que los ganadores hayan estado exentos de culpabilidad. Robert McNamara, el cerebro de Vietnam, dijo que mucho de lo que pasó allí debió haberse juzgado como crimen de guerra. Por eso creo que debe pasar un tiempo antes de empezar los juicios. A diferencia de lo que pasó en Argentina donde Alfonsín asumió esa tarea inmediatamente después. Fue algo que no se logró en otros países y por eso que luego hubo que firmar esas amnistías.

-¿Cree que el mundo tomó dimensión de la barbarie que se cometió en Ruanda?

-No. Y en parte creo que la prensa tiene mucho que ver. Se minimizó al hablar de guerras tribales, en lugar de hablar de guerra a secas, que es lo que verdaderamente fue y transformar el tema en un tema africano y no en un tema del mundo.

-Las ONGs tuvieron una gran incidencia en la creación de la Corte Penal Internacional en el 2002, ¿siguen teniendo esa relevancia?

-Si, particularmente en los tribunales de las Naciones Unidas donde los Estados y las organizaciones postulan por igual a los jueces que van a intervenir, lo que le da una gran transparencia y participación a todo el proceso.

-Después de su experiencia personal como persona de la comunidad judía, como argentina y de haber vivido el horror de Ruanda, es decir, de haber participado en una sola vida -tanto en calidad de víctima como de testigo- de crímenes de lesa humanidad y genocidios, ¿tiene alguna conclusión acerca de la naturaleza humana?

-Veo un denominador común, el miedo. El miedo a perder, a que maten a tus seres queridos, el miedo al otro grupo. A medida que se van acentuando las diferencias en ambos bandos a los tibios se los obliga a tomar posición, no se les permite subsistir. Lo que llama la atención es que estas situaciones no hubieran sido posible si cada uno de nosotros hubiera dicho esto está mal, esto no se hace. Son crisis de miedo colectivo y personal. Si cada uno se planta y no participa, estas cosas no pasarían. Es una mezcla entre ser parte del grupo y quedar aislado. Günter Grass en su libro “Las capas de la cebolla” donde cuenta su juventud en las SS relata la vida de un joven perfectamente ario que dice “nosotros no hacemos estas cosas” y termina en un campo de concentración… Pero si cada uno se plantara con esa determinación…

-Creo que el siglo XX fue el de la conciencia. Luego del Nazismo tomamos conciencia como especie de lo que somos capaces de hacer y como consecuencia se alumbró la Declaración Internacional de los Derechos Humanos, ¿no cree que el S. XXI tiene algo de cinismo si luego sigue habiendo genocidios y hambrunas?

-Yo no me enrolo en el cinismo. Creo que vamos despacito, mejorando. Tenemos mas conciencia. Tenemos que trabajar como humanidad en otros aspectos no sólo con los crímenes de lesa humanidad sino con el medio ambiente, pobreza y la educación. Se trata de una mayor concientización en muchos aspectos para que toda persona humana se sienta humana aun si su vida no está en riesgo, porque también es mas fácil reaccionar de una manera deshumanizada cuando tu vida no es muy humana, cuando no tenés agua, cuando no tenés electricidad o trabajo.

-¿Cree que los medios de comunicación tienen un papel a cumplir en este sentido?

-No soy una experta, pero veo que cuando toman un tema lo pueden poner en el primer plano o como fue el caso de Ruanda, dejar que pase como una noticia más. Tienen un gran poder.





RECUADRO 1

LA MATANZA DE RUANDA

Ruanda es un país de África Central que fue colonia Alemana desde fines del siglo XIX y protectorado belga, hasta obtener su independencia en 1962. Hay dos etnias o castas que se encuentran divididas: los Tutsis han sido durante los últimos años quienes concentraron el poder político y económico del país. Esa desigualdad resintió a los Hutus, y este malestar desató una ola de violencia y odio.

Cuando el 6 de abril de 1994 fue asesinado el presidente hutu Juvenal Habyarimana, esta etnia acusó a los tutsis de haberlo matado. Aunque nunca se comprobó, los hutus iniciaron un genocidio que se cobró un millón de vidas en apenas tres meses.

Ese mismo día, cuando la luz del sol se fue apagando, comenzó la matanza contra los tutsis, a golpes, machetazos y palazos, incluyendo a mujeres y niños.

Si se compara la provincia de Tucumán con Ruanda puede establecerse que, en dimensiones de superficie similares, los contrastes son notorios: el país africano está habitado por 9 millones de personas y su densidad de población es de 343 habitantes por kilómetro cuadrado; es decir, cinco veces mayor que la de la provincia del noroeste argentino, que supera el millón de personas.



RECUADRO 2

LA JUSTICIA INTERNACIONAL

Existen dos órganos judiciales internacionales en temas de crímenes internacionales. El 10 de febrero de 1995, unas 200 organizaciones no gubernamentales de larga trayectoria en la defensa y promoción de los derechos humanos como Amnistía Internacional, crearon la Coalición Internacional de ONGs por una Corte Penal Internacional (CPI), para trabajar en apoyo a la creación de un tribunal que sea justo, eficaz e independiente.

Después de un largo proceso, se realizó en junio de 1998 en Roma una Asamblea General de la ONU para aprobar el Estatuto definitivo de constitución de la CPI. Según su artículo quinto se erige para juzgar crímenes de lesa humanidad, genocidios, crímenes de guerra y de agresión. Esta Corte tiene personalidad jurídica internacional y puede ejercer funciones en cualquier parte del territorio de cualquier Estado.

La Corte Internacional de Justicia en cambio, es el órgano de judicial de la ONU. Se ocupa de casos entre Estados sin enjuiciar a individuos.

La competencia de esta Corte se extiende a los litigios de asuntos previstos en la Carta de las ONU como la interpretación de un tratado y cualquier cuestión de derecho internacional.

PERIODISMO SOCIAL. UNA NUEVA DISCIPLINA. 2da. Edición Ampliada.

Periodismo Social, Una nueva disciplina

Prologo a la edición 2009

Por Alfredo Leuco

Pido la palabra: propongo que el apellido Cytrynblum sea incorporado en los diccionarios de los talleres y las academias como sinónimo de periodismo y de cambio.


Perdón por el atrevimiento de tanta primera persona, pero quiero ser sincero. Cuando digo Cytrynblum primero siento el calor del abrazo protector de un gigante colorado y sabio. Eso cuando digo Marcos. Cuando digo Alicia siento la mirada de la curiosidad permanente y la sonrisa solidaria. Pero cuando pronuncio ese apellido solo me evoca periodismo y cambio. Fui y soy testigo de esa historia circular, evolutiva y conmovedora. Porque Marcos, el padre, fue uno de los máximos agentes de cambio que tuvo la prensa gráfica en la Argentina. Y porque Alicia, la hija, es una de las mas potentes transformadoras del periodismo social en nuestro país.


Antes de Marcos los diarios eran fríos, formales y se nutrían con demasiada información institucional que proveían las oficinas de prensa. Eran letras en papel pero no respiraban. Marcos los humanizó. Convirtió a los diarios en pasión de multitudes. Los acercó a los ciudadanos de carne y hueso. Se atrevió a llevar a la tapa los temas de la vida cotiana que se hablaban en los bares y en los barrios. Como soñaba Jose Martí le dio a las palabras alas, colores, sabores y texturas. Transformó el periodismo gráfico.


Antes de Alicia el periodismo social era un conjunto de voluntades dispersas. Corazones que latían a mil pero que venteaban mucha energía. Periodismo sano y silvestre pero muy a la carga barracas. Alicia lo sistematizó. Ayudó a que tuvieran mayor contudencia y efectividad sin perder su ADN voluntario. Aprovechó al máximo los nuevos soportes tecnológicos y entendió lo que significa la palabra red como mixtura comunitaria y como acceso a todo el mundo virtual. Puso los sentimientos y las necesidades de los que mas necesitan al alcance de todos los periodistas. Quien quiera oir que oiga. Transformó el periodismo social.


Por supuesto que Marcos y Alicia no lo hicieron solos. Fueron muchos los que participaron de esos procesos. Pero para mi ellos fueron dos cabezas visibles.


Lideraron cada uno en su tiempo y con su estilo.


Es emocionante comprobar como se produjo esa herencia por la pasión por el periodismo que cambia. Tal vez los genes de inmigrantes anarquistas hayan hecho lo suyo. Tal vez no fue en vano que la cuna de Alicia haya sido una rotativa.


En esta versión ampliada de su libro, Alicia, mantiene y multiplica su pregunta original: “ el mundo cambió.¿ y el periodismo?”. Fortalece su obsesiva preocupación por darle a las palabras la precisión de un cirujano para evitar la carga discriminatoria que pueda herir a quien es nombrado y - a lo largo de todo el texto - flota la búsqueda de una nueva ética de este maravilloso oficio. O tal vez la de recuperar la ética perdida en un momento en donde los periodistas y los medios atravesamos una profunda crisis y afrontamos nuevos peligros.


Deformaciones profesionales como la ignorancia, la demagogia, la soberbia, la exitoína, la voracidad por el dinero y el amarillismo berreta y alarmista nos obligan a buscar mejores caminos.


Retrocesos empresarios como la brutal concentración de medios en pocas manos, la incursión en negocios extraperiodísticos, la participación por convicción o por corrupción en operaciones políticas y la sumisión ante los poderosos de todo tipo a cambio de pautas publicitarias hacen urgente revisitar las mejores definiciones de lo que debe ser un periodismo con valores.


No vender el pensamiento y la pluma es lo mínimo que se puede exigir. Quien lo hace deja de ser periodista y se convierte en delincuente. Hay otras formas de encontrar la línea divisioria de la ética periodística. El Talmud lo plantea para la fe pero bien se puede aplicar a nuestro trabajo cotidiano: acomodar a los incomodos e incomodar a los cómodos. Un periodismo que haga eso irá por la buena senda. Siempre fiscal del poder y abogado del hombre común. Siempre del lado de las víctimas. Ese es un buen lugar ético para pararse a narrar los acontecimientos noticiosos. Desde la verdad y desde el que sufre. Porque todos somos periodistas sociales. Con la mirada crítica. Y con la vocación de cambio y la pasión por el periodismo. Como Marcos y como Alicia. Como surge de este libro. Como los Cytrynblum.


Nuevos actores han irrumpido en el escenario social y tanto los periodistas como los medios de comunicación necesitan nuevos elementos que les permitan incorporarlos en la pauta informativa. Esta obra es la primera sistematización de la temática social en la prensa y tiene como fin colaborar con los profesionales de la comunicación en un abordaje eficaz en sus coberturas. Se trata de una herramienta práctica que les permitirá a los periodistas generar mayor confiabilidad con los lectores, sumar nuevas fuentes, incorporar los criterios de investigación de soluciones y utilizar un lenguaje más inclusivo en las notas.


El mundo está en permanente cambio y genera nuevas respuestas que muchas veces por falta de conocimiento son ignoradas por la prensa. Para contrarrestar esta tendencia, el Periodismo Social propone nuevos instrumentos que permitan jerarquizar el eje social en los medios de comunicación y explorar su articulación en la agenda diaria con los temas económicos y políticos.


Alicia Cytrynblum es periodista y profesora universitaria. Está especializada en la temática social y es la creadora del Periodismo Social como disciplina periodística. Actualmente preside Periodismo Social (http://www.blogger.com/www.periodismosocial.net, una asociación civil que colabora con los periodistas de todo el país para la inclusión de los temas sociales en la pauta de los medios. En este manual sistematizó su experiencia luego de trabajar en distintas redacciones: revista Tercer Sector, Suplemento "Testimonios Solidarios" del diario La Nación, revista Veintitrés, Risolidaria y de un espacio diario en Canal 7. A lo largo de estos quince años entrevistó a más de mil líderes sociales de Argentina y América Latina.

Alicia Cytrynblum

ISBN 978-987-601-083-2
La Crujía Ediciones
Edición Buenos Aires - 2009
Páginas 224

LA PREVENCION REAL DEL DELITO NO LE INTERESA A NADIE

El Juez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni, reflexiona sobre el poder de los medios para convertir a los chicos en enemigos sociales y qué pasa con las políticas públicas para proteger a los chicos atrapados en el delito. Asegura: “Los homicidios de chicos menores de 16 años en el país no pasan del 1 por ciento del total. En Capital Federal hay dos en los últimos cinco años. En general son hurtos y lo que pasa con los medios es que levantan el discurso policial”.

Por Alicia Cytrynblum y Adrián Arden

Capítulo Infancia de Periodismo Social.- Eugenio Zaffaroni es Juez de la Corte Suprema de la Nación y uno de los más respetados especialistas en criminología del mundo. En los últimos meses ocupó espacio en todos los medios en medio de la discusión por bajar la edad de imputabilidad para los chicos en conflicto con la ley penal. En una charla con el Capítulo Infancia de Periodismo Social, reflexionó sobre el papel de los medios en la instalación de la sensación de inseguridad y de cómo se fabrican los enemigos en la sociedad y los diarios. Y, también, de cómo ahora ese enemigo son los niños.

Aseguró: “Cuando no tenés otro enemigo para instalar el mundo paranoico se cae en el delito común, que, de todos modos, tiene un inconveniente como enemigo: es limitado. Sólo le podés imputar delitos comunes, no como a las brujas, que les podés imputar todo. ¿Y qué se hace? la noticia se magnifica y, si el enemigo hace algo, eso es lo más grave que hay...y se enfoca en determinado momento en los pibes (…) que no es que cometan delitos graves, los homicidios de chicos menores de 16 años en el país no pasan del 1 por ciento del total. En Capital Federal hay dos en los últimos cinco años. En general son hurtos y lo que pasa con los medios es que levantan el discurso policial”.

Lo que predomina es homicidios entre gente que se conoce, entre familiares. Con respecto a los pibes, en general son hurtos y lo que pasa con los medios es que levantan el discurso policial”.

- ¿Cómo observó la cobertura mediática de los casos Barrenechea o Capristo, en los que hay chicos señalados como culpables de esos asesinatos?

- Tenés dos problemas ahí. En general, un medio, sea escrito o televisado, especializado en noticia roja, nunca genera alarma social ni miedo. Porque, tal como la pornografía, tiene un público al que le gusta eso, siempre existió. El problema es cuando lo hace un diario tradicionalmente serio, que aumenta el número de metros cuadrados dedicados a la noticia roja. Es decir, un medio que no está dedicado a eso. Ahí, cuando ves que la noticia pasa a la primera página, es porque hay una intención de causar algo, hay una intención de mostrar que el enemigo del momento está ahí. Ahora es un enemigo residual, ¿no?

- ¿Y para qué los medios necesitan crear un enemigo?

- Siempre hay que fabricar un enemigo para instalar un mundo paranoico, para vender más, a veces por una intención política, no sé. Normalmente, en este momento, la fuente de inseguridad existencial que hay en la sociedad tiene que ver con la crisis del Estado de Bienestar en el mundo, entonces el fenómeno no es sólo nuestro, sino que nos llega un poco tarde, porque este fenómeno empieza en Estados Unidos. ¿Cómo se explica esto? A través de la crisis del Estado de Bienestar se frustran proyectos, se te hace impredecible el futuro de alguna manera. Eso genera un ámbito de angustia amplio.
¿Cómo se baja la angustia? Encontrando un enemigo, porque entonces todos los proyectos, por dispares que sean, necesitan un primer paso común que es destruir al enemigo y neutralizarlo, y así la sociedad se cohesiona de alguna forma.

- ¿Quién es el enemigo en este momento?

- Bueno, depende de cada sociedad. Hitler encontró a los judíos, cuando no tenés un mejor enemigo condenás un delito común, es residual. Si tenés uno más idóneo, usás al más idóneo. Cuando te entra otra fuente de angustia (el dengue, la fiebre porcina), o desaparece y se tiene un enemigo más ideal, entonces fabrican otro.

- ¿Le sorprende que sólo el 4 por ciento de las fuentes consultadas sean niños?

- No, no me sorprende nada porque en definitiva hay una desidia que proviene del Estado mismo. No tenés una fuente de información real. Si vos salís en este momento a decir que va a haber una corrida bancaria, va a salir el ministro de Economía a decir algo, si decís que hay un brote de cólera va a salir el de Salud…en el caso de los chicos no es así. Por eso, primero que alguien salga y diga datos. Pero no hay nadie que tenga datos que puedan prevenir, entonces a la conclusión que llego es que la prevención real del delito no le interesa a nadie. Lo primero que tenés que hacer si querés prevenir es conocer, sino no sabés lo que vas a prevenir, pero a nadie le importa.

- ¿Qué falta entonces?

- En el país no se invierte nada en investigación criminológica de campo, si no tengo una investigación criminológica de campo no sé qué pasa. Dicen que los homicidios son uno por año, bueno, pero cómo, cuándo, quiénes, cuáles son los riesgos de victimización, en qué circunstancias. No lo sé. ¿Tengo que poner luz en las calles, comprar chalecos antibalas, comprar helicópteros? No lo sé. Llego a la conclusión que en definitiva todo esto se maneja como una sensación y que a nadie le interesa la realidad, lo cual me hace sospechar que a nadie le interesa porque en el momento en que no conozco la realidad y puedo comprar helicópteros para prevenir violaciones, entonces puedo comprar los helicópteros que vende mi cuñado. El presupuesto de seguridad es uno de los más altos y es el que menos se controla, menos controles de optimización de recursos quiero decir.

- Hay algo que dicen muchos especialistas y adolescentes encerrados en institutos, que en épocas de conmoción social y mediática por algún asesinato protagonizado por algún chico menor de edad, los jueces se ponen más severos en sus condenas que en otros momentos.

- No sólo eso, esas campañas nos han destruido el Código Penal, hoy es un desastre, es una catástrofe lo que han hecho. Los culpables son las leyes Blumberg, entre otras cosas anteriores. Es una catástrofe lo que se ha hecho y los jueces tratan de intimidar. Es decir, frente a una campaña mediática de esta naturaleza, frente a esta presión mediática, los políticos quedan presos. En este momento hay un discurso único de medios que controla a los políticos. En la época de Stalin o de Hitler eran ellos los que controlaban a los medios, ahora son los medios los que controlan el discurso político.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------

"Cuando los medios hablan de los chicos en conflicto con la ley penal”

El Capítulo Infancia de Periodismo Social presenta este martes 18 de agosto el informe especial: “El Encierro Mediático, los diarios y los chicos en conflicto con la ley penal” en el Centro Cultural Rojas de la Ciudad de Buenos Aires , junto a sus socios estratégicos UNICEF en Argentina, Fundación Arcor y Fundación C&A.

El informe es el quinto de su serie anual, “Niñez y adolescencia en la prensa argentina 2008” donde detalla un exhaustivo análisis sobre lo publicado en 2008 por 22 diarios de todo el país.

Algunos adelantos:

• Una de cada cuatro noticias sobre chicos acusados de cometer delitos no citó fuente alguna. Es decir, el 25 % del total.

• El 65 por ciento de las noticias sobre chicos en conflicto con la ley penal incluye términos peyorativos.

• El destino de adolescentes y jóvenes infractores y presuntos infractores de la ley penal, su realidad respecto de la salud y la educación, y cuál es el trayecto que realizan en el Sistema Penal son aspectos casi desconocidos por los medios y sus periodistas.



El día de la presentación se llevará a cabo una mesa redonda para reflexionar sobre el tema “chicos, medios y delito” con la presencia de:

• Eugenio Zaffaroni (Juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación);

• Florencia Saintout (directora del Observatorio de Comunicación, Juventud y Medios, de la Facultad de Periodismo de La Plata)

• Gimol Pinto (especialista en protección de derechos, UNICEF-Argentina).

• Coordinación de Liliana Hendel (psicóloga y periodista de Canal 13).

Entrevista a Ministro de Trabajo Dr. CARLOS TOMADA. “Es una perversión que el niño aporte al ingreso familiar”

(Especial para la Red de Diarios en Periodismo Social)
-RDD: Este es un año delicado para el empleo…


-Ministro Tomada: …Y de muchos desafíos. Cuando llegue al Ministerio mi trabajo principal era firmar dos millones seiscientos mil planes sociales. Hoy después de seis años pudimos recuperar la cultura del trabajo y cuatro millones de puestos de trabajo. De ese modo también aparecieron en escena temas que estaban escondidos. Uno de ellos es el de del trabajo infantil. Acá había sectores, regiones y hasta instituciones de bien público que seguían -y siguen sosteniendo- que es mejor que los chicos trabajen a que estén en la droga o en la calle. Nosotros no lo compartimos en absoluto.

-El fuerte debate entre quienes sostienen que se debe regular el trabajo de los chicos y quienes van como la legislación argentina por su absolución.

-MT: Exacto. Creemos que hay que romper del circuito de la naturalización del trabajo infantil. Hay que hacerse cargo socialmente, todos: la sociedad, los sindicatos, los empleadores, el gobierno, el Estado, que no hay tal naturalización. Que eso es una distorsión – por ser sobrios – una perversión, que hace que parezca razonable que el niño aporte ingreso al núcleo familiar. Y no es así. El niño tiene que ir a la escuela. Y jugar. Y ¿por qué tiene que ir a la escuela? Forma parte de cierto relato heroico, - sobre todo de quienes tienen edad como la mía -, que dice “sí, porque yo empecé de joven, a los catorce años trabajaba, con mi padre…”. Eso se cuenta casi como legitimando una vida de trabajo y esfuerzo. Vamos a ir despejando esa frase común. Primero, aquella sociedad que permitía que un niño trabajara y después llegara a ser Chiche Gelblung, - que es uno de los que utiliza remanidamente este argumento - ya no existe más. El niño que trabaja nunca va a llegar a ser Chiche Gelblung. Nunca. No más o menos. Nunca. Otro que utilizaba esta frase era Lula (Da Silva), no la dice más. Se dio cuenta. Porque hoy la demanda de saberes, de competencia, la incorporación de tecnología año a año, te deja afuera, si no estudiás, si no tenés herramientas. Tener una formación para el cambio, para siempre poder entender los cambios. Eso no se puede hacer con un niño trabajando. Ni en la zafra, ni viviendo en la calle, ni en el programa de Tinelli. Los niños que están en igualdad de competencia, en igualdad de oportunidades son aquellos que estudian todos los días. Esa es la tarea que tenemos.

-Existe una relación entre la desocupación adulta y la ocupación infantil. ¿Cuál es su opinión?

-MT: Que la relación existe y que es mala. Nosotros no nos hemos quedado solamente con el diagnóstico por eso la presidenta señaló desde un primer momento que si hay una palabra que define a este proyecto político que empezó en mayo de 2003, esa palabra es trabajo. Nosotros aspiramos a un tipo de sociedad, no nos da lo mismo cualquier sociedad. A uno a veces lo agobia esta idea que pretenda aplanar todo, todo queremos lo mismo. No todos queremos lo mismo pero yo quiero una sociedad donde los niños vayan a la escuela. Donde la figura sea el adulto ocupado, el niño estudiando y aquel que utiliza a los niños para trabajar este castigado. Esto es la sociedad que uno aspira. Es tan directa la relación que en la medida que ha ido mejorando el trabajo ampliándose en cantidad, también le hemos puesto una valla al trabajo infantil. Que no alcanza. Simplemente, junto con la concientización, son los primeros puntos.

-¿Como funciona la detección del chico o chica que trabaja?

-MT: Unas de las tareas a las que nos hemos abocado es ver de qué manera neutralizamos la idea de que un niño es proveedor de ingresos del grupo familiar. Hemos formado una inspección especializada en el tema del trabajo infantil en todo el país y cuando detectamos niños en situación de trabajo, los hacemos acreedores a una beca para que vayan a estudiar, para que vuelvan a la escuela. Por lo cual ese ingreso que le puede proveer por vía de trabajo queda sustituido por la beca y, además, si es hijo de una madre o padre desocupada los incluimos a los padres en el curso de capacitación y empleo.

-¿Ese ingreso es la beca escolar de 90 pesos mensuales?

-MT: Sí.

-¿Y eso reemplaza el dinero que el chico/a ingresa por el trabajo?

-MT: Sería ideal que sea diez veces eso. No se lo que Ud. piensa.

-A mí me parece que no lo reemplaza.

-MT: Y bueno, es evidente que no reemplaza, pero el tema es ¿vamos en esa dirección o no vamos en esa dirección?

-A la luz de los resultados de la Comisión Nacional de Erradicación de Trabajo Infantil (Conaeti) son evidentes los avances obtenidos pero sería interesante, saber si existe una partida en el Presupuesto Nacional para financiamiento de la erradicación del trabajo infantil en todo el país.

-MT: Bueno, no hay una partida y es una de las cosas que la Conaeti reclama y esperamos prontamente darles. Pero el financiamiento surge de una serie de acciones que se toman en distintos órdenes, pero yo puedo coincidir con usted, creo que sí es necesario que el destine un monto en el presupuesto.

-Porque si el año pasado la Conaeti atendía 14 mil chicos con becas y en marzo estarán trabajando con 39 mil chicos se ve un crecimiento exponencial, pero cuando el horizonte son 900 mil chicos trabajando en todo el país, los que quedan afuera son demasiados…

-MT: Hace falta plata…

-Usted hace un ratito nombraba a Lula Da Silva. Brasil hace muchos años desde la administración Fernando Cardoso que viene trabajando con un presupuesto anual muy importante y ya más de once millones de chicos están fuera del trabajo y en la escuela.

-MT: Tiene conciencia que la Argentina es diferente a Brasil…

-Sí, por supuesto, pero también tengo conciencia que una política pública se materializa en el presupuesto nacional para obtener resultados de impacto.

-MT: Yo tanto coincido, que siempre digo, que parte de la medida del interés sobre una política es su lugar en el presupuesto, ¿por qué me siento orgulloso de formar parte de este gobierno? Porque este gobierno es el que decidió por primera vez en Argentina destinar el 6 % del Producto Bruto a educación. Para eso hace falta una tarea previa, dura, difícil y larga, que creo que está culminando, que creo que es salir de la naturalización del trabajo infantil que es convertirlo en problema, acá venimos de cientos de años ¿Por qué no hay ninguna en el Presupuesto Nacional? Porque nadie lo veía como un problema, nosotros lo convertimos en problema, nosotros lo caratulamos, lo definimos, lo publicitamos como un problema. Para arribar a la asignación de un lugar y un espacio en un presupuesto tiene que haber un proceso de concientización lo suficientemente importante como para que sea percibido por todos como un problema o por lo menos – trataremos que en el próximo presupuesto aparezca claramente.

-Frente a las nuevas elecciones legislativas, ¿cree que habrá una comisión en el Congreso que se dedique a trabajo infantil?

-MT: No lo había pensado y me parece un buenísimo aporte de esta entrevista y me lo llevo. Creo que sería un espacio parlamentario donde podrían concluir muchos esfuerzos dispersos tanto en el sentido horizontal como en el vertical, esfuerzos de Ongs, sectores privados, sindicatos, sector público y, dentro del sector público, una integración más vertical del gobierno nacional, provincial y municipios. Tal vez lo que es a veces tan difícil de impulsar desde el Poder Ejecutivo, podemos estimularlo también desde la perspectiva parlamentaria.

-¿Qué esperaban de esta alianza de empresas contra el trabajo infantil?

MT: Encontramos una respuesta que no es frecuente en otras partes del mundo. Creo que la mitad del camino se recorre cuando el sector empleador toma la decisión de hacerlo, empiezan a asumirlo como algo que no debe ser, vamos acortando los caminos para llegar a resultados más evidentes. En las provincias de nuestro país, el trabajo infantil estaba y está presente por muchas razones que no son solamente las culturales, que son una coartada. En realidad pasa por el precio del producto que se le paga al productor, y por la necesidad de ingresos en el grupo familiar, por realidades muy concretas de la economía. Celebro encontrarme con empresas vitivinícolas, azucareras, tabacaleras, yerbateras que se suman a esta idea de la erradicación del trabajo infantil con convicción. Tenemos que hacer cosas muy concretas: no podemos pretender reducir los espacios en los que se nos cuela el trabajo infantil si no tenemos una activa política de red de centros de cuidado infantil, guarderías donde colocar a los niños en situación de protección, mientras el padre y la madre trabajan.

-¿Cómo es el sistema de control?

-MT: las autoridades provinciales en algunos casos han estado en la primera línea del combate y en otros casos han estado en la última. Y bueno, éstas son las cosas que tenemos que terminar. Tenemos que entender de una vez por todas que no es cierto que la riqueza genere trabajo. O por lo menos no es sólo así. Que el trabajo también genera riqueza y que para esto el trabajo debe ser digno. Es así como se hizo grande la Argentina.

-Una última pregunta: al lector, que conoce un chico o una chica que trabaja ¿Qué hace?

-MT: Le diría que lo denuncie. No que sea bueno con el niño, de eso que se ocupe el Estado, de eso que se ocupe el empleador, de eso que se ocupe otro. Él que denuncie. Es más, yo le pediría una cosa, hasta un paso antes, que no le tolere a un amigo de él, que le hable de que trabajan niños.

-Y que lo denuncie ¿dónde?

-MT: En la sede del Ministerio de Trabajo de la Nación, en la autoridad local, en la intendencia, que no tolere la naturalidad. Lo único que le pido es que cuando termine de leer el diario ahí en el barcito que se comprometa si ve un pibe trabajando vaya y lo denuncie. Por eso solo empezamos a cambiar todo.



Trabajo Infantil en Argentina

900 mil chicos trabajando (estimado, Fuente Ministerio de Trabajo)

Comisión Nacional de Erradicación Trabajo Infantil (www.conaeti.gov.ar )

21 Comisiones provinciales

39 mil chicos atendidos por el Estado

Trabajos más comunes: Trabajo rural, doméstico, mendicidad, explotación sexual.

Red de Empresas contra el Trabajo Infantil (www.trabajo.gov.ar/conaeti/institucional/infantil.html)


Qué dice la ley aprobada en 2008

Ley 26.390: “De la Prohibición del Trabajo Infantil y la Protección del Trabajo Adolescente”. Prohíbe todo tipo de actividad laboral, sea remunerativa o no, en los chicos menores de 16 años. La norma elevó de 14 a 16 años la edad mínima de admisión al empleo adolescente, pero aclara que no podrán desarrollar tareas peligrosas o insalubres, ni tampoco realizar horas extras, en el marco de una jornada laboral reducida de seis horas diarias, manteniendo la equidad. Contempla una etapa transitoria, por lo que hasta mayo de 2010 la edad mínima será de 15 años. Después de esa fecha, quedará establecida finalmente en 16.

G20: EL VIRAJE NECESARIO PARA UN MUNDO POSIBLE

La crisis de 2008 y 2009 demuestra que la debilidad de las instituciones de la democracia en la era Bush en Estados Unidos hicieron posible que esta implosión de la economía en plena globalización se distribuyera por los canales de un mundo cada vez más intercomunicado e interdependiente, como las venas de un cuerpo y contagiara cual virus economías supuestamente fuertes como la española, irlandesa o la islandesa, y se llevara puesto incluso gobiernos como el Checo.


El capitalismo para funcionar sólo puede sustentarse en un sistema democrático fuerte, con controles entrecruzados, que eviten que el mercado pueda concretar la avidez por un lucro desmedido. Sin ese control social no es posible ni lo uno ni lo otro, ni un capitalismo duradero, ni un sistema democrático y mucho menos combatir la pobreza o cumplir con las metas del milenio. Este desmadre mundial demostró que el consenso de Washington estaba y está vivo y están intentando mantenerlo a flote a costa de inyecciones de dinero de los Estados con dinero de los contribuyentes que se empobrecen con la promesa de la salvación.

Los argentinos conocemos de crisis. En 2001-2002, la crisis nos obligó a cambios estructurales. También aquí fallaron por décadas los controles y el empresariado encontró en un Estado corrupto, que lejos de controlar, un socio ideal para desangrar el país sin importar los millones de personas que entraban a la pobreza cada día. Todavía vivimos las secuelas de las generaciones de argentinos que no conocen un trabajo en blanco. La semana de los cinco presidentes obligó a tirar por la borda la convertibilidad (que parecía intocable semanas atrás) y pensar otros modelos de país y de inclusión social, todavía en deuda con el 30 por ciento de la población.

Esta situación mundial de gravedad inusitada, puede tomar algunos aprendizajes de la crisis vernácula para incluir en la reunion clave de los 20 países más poderosos. Toda crisis es un efecto de regulación de un sistema que siempre es directamente proporcional a los eventos que la produjeron. Por lo tanto es fundamental hacer cambios profundos, no queda tiempo para seguir maquillando la realidad. De tanto atrasar decisiones hoy nos encontramos con un planeta ardiendo por el cambio climático, cientos de millones de personas excluidas y migrantes, mil millones sin acceso al agua potable, entre otras barbaridades que ya no podemos permitimos como especie.

Es tiempo de volver a pensar el sistema financiero mundial, porque fue este el que nos llevó al desmadre actual y que no puede ser al mismo tiempo el problema y la solución, con controles cruzados y en función de los problemas reales que incluya a los excluidos. También de revisar la forma de producción por una más limpia que permita la vida en un mundo al borde del colapso ecológico. Además es fundamental dar participación a actores sociales como contralores de los problemas que hoy atravesamos como sociedad global: pobreza extrema, riqueza extrema, dificultad de gobernabilidad, narcotráfico, falta de políticas públicas y creatividad para enfrentar los desafíos que plantearon los objetivos del milenio y erradicar el sufrimiento mundial, más allá de salvar a bancos o automotrices.

En fin, el desafío del G20 es enorme, pero no por el poco tiempo destinado a la cumbre sino por el cambio cultural y los intereses económicos que son necesarios enfrentar con suma decisión y fuerte liderazgo en todos los estamentos de la sociedad para que los cambios sean posibles e inmediatos para los tiempos que se vienen.

LOS NIÑOS DE GAZA.

Más de cien niñas y niños palestinos ya han muerto en la franja de Gaza y otros cientos están quedando huérfanos a cada hora. Algunos están naciendo en condiciones infrahumanas. Una escuela acaba de ser bombardeada. Los daños sicológicos son irreversibles para estos pequeños que están al borde de la muerte cada segundo. “Muchos niños han dejado de comer. Están apáticos y casi no hablan. Están pegados a sus padres día y noche”, explica Sajy al-Mughani, de Unicef. “Sin electricidad viven con miedo a la oscuridad” completa.


Nadie duda del derecho de un país a defenderse del ataque. En este caso, pacifistas militantes como Daniel Baremboin o el escritor Amos Oz, respaldaron a Israel para resguardar a sus habitantes de los misiles, pero está claro que todo tiene un límite y ese límite es terminante cuando se trata del derecho a la vida de los niños y niñas más allá de cualquier nacionalidad, etnia o religión.

En las calles vacías sólo se escuchan el llanto de los chicos, que se oyen desde las casas palestinas. Sin vidrios, el frío corroe las noches y no hay plásticos ni abrigos para protegerse. El psiquiatra Taysir Piad cuenta que vive en el campo de refugiados de Jabaliya y, encerrados, esperan la llegada de los tanques. “Todos tenemos miedo; sólo oímos bombas, helicópteros y aviones. Mis cinco hijos, cuando oyen el vuelo de los F-16, empiezan a gritar. Las consecuencias psicológicas para los más pequeños serán terribles.”

En los hospitales de Gaza falta de todo: las urgencias están llenas de heridos y el suelo está cubierto de sangre. Las amputaciones de heridos se multiplican por la falta de equipos médicos y medicamentos, señalan fuentes hospitalarias. “La ciudad de Gaza está muerta. Los aviones y los helicópteros la sobrevuelan las 24 horas. Yo creía que las bombas se oían al caer, pero no hay aviso”,dice Alberto Arce, activista de una ONG, y agrega, “ se ven escenas terribles, por ejemplo se nos murieron tres niños de una misma familia en la cara.”

Como Seres Humanos debemos honrar nuestra cualidad y dejar para siempre el horror de la guerra. Si nuestros gobernantes no saben o no quieren hacerlo, los ciudadanos debemos exigir el fin de la era de la barbarie. Nadie obligó a Israel a esta guerra y así como entró es su obligación –en honor a su historia- salir y dar una muestra de predisposición a una convivencia (es cierto, cada vez más lejana) pero siempre posible.

La guerra debe terminar hoy mismo antes de que muera un solo niño, una sola niña más y el mundo debe agotar todas las instancias para evitar que más sangre continúe enlutando Medio Oriente en una batalla sin sentido donde la humanidad pierde con cada día en que se aumenta el espiral de la venganza.

CÓMO NOMBRAR LAS GUERRAS.

El horror tiene un nombre, y el raro privilegio del bautismo lo tienen periodistas y editores que rápidamente lo transforman en una “marca” reconocible por lectores y consumidores de noticias en los titulares de diarios y noticieros en todo el mundo. Con el tiempo ese sello queda registrado en la historia y así será recordado el episodio para siempre. Como puede verse, toda guerra precisa un nombre, como lo necesita una gaseosa o un auto, o cualquier hecho que deba ser seguido por la prensa. Sólo que en este caso, se trata de la muerte y por la tanto debiera ser elegido muy cuidadosamente. No se debiera olvidar que, además de los muertos, se incluye a muchas personas que quedan discapacitadas, psicológicamente destrozadas, y niños y niñas marcadas por el estigma de la guerra por generaciones.


Por otro lado, el nombre de la guerra tiene una enorme carga ideológica. Sólo por poner casos recientes, la guerra de Gaza, la guerra de Irak, la guerra de Afganistán, no han sido, por ejemplo, iniciadas en los lugares que dieron origen al nombre por el que quedaron en la historia. Gaza es un pequeño territorio, Irak demostró ser la mayor mentira de Bush hijo, y Afganistán, tierra de nadie disputada entre Rusia y Estados Unidos. Es decir, en estos casos, debieran haber sido nombradas como la guerra de Israel, EE UU y Rusia. Si habláramos de los poderosos, sería difícil identificar qué guerra se nombra, sólo por la cantidad de acciones bélicas que iniciaron en su historia.

Para entender que hay una razón ideológica –equivocada y hasta perversa- en llamar a estos conflictos por el nombre de los territorios de los perdedores y que fomenta la idea de ser ellos los responsables de la guerra, basta con contar los muertos de un lado y del otro. Está claro que no se trata de guerras, sino de una invasión.



ACERCA DE ISRAEL, JUDÍOS, ÁRABES Y PALESTINOS. Con respecto a la invasión de Gaza por parte de Israel me parece importante puntualizar cómo nombrar a los distintos actores porque también se ve mucha confusión al nombrar. Cuando se habla del ejercito judío, se debiera decir, el ejercito israelí, para no involucrar a todos los judíos que viven afuera de Israel, que jamás votaron a ningún gobierno de ese país y no se sienten involucrados, ni respaldan la política israelí y que algunos (es mi caso) están incluso fuertemente contra esta guerra sangrienta que mató a casi quinientos niños. Hablar de judío como sinónimo de israelí genera antisemitismo. En el caso de hacerlo, (decir ejército judío) se debiera decir el ejército árabe (que genera lo mismo en sentido proárabe o antiárabe; recordemos las Torres Gemelas), refiriéndose al palestino, y utilizándose la misma lógica.

Si se dice el ejército de Hamas, se debiera decir, el ejército del Likud, lo cual sería un despropósito, pero congruente. Y siempre se debe recordar que Hamas fue elegido democráticamente por elecciones libres.