Internet, fin de la cultura de masas y democracia

La caída del consumo de los medios masivos por la creciente oferta y el desarrollo tecnológico de Universo Internet, está arrasando sin piedad las industrias de contenidos consolidadas en el siglo 20. 

 Las discográficas, los juegos, la editorial, el cine, la prensa, y la televisión, al menos como la conocimos por falta de visión, creatividad y tal vez por auto-profecía, hoy dan manotazos de ahogado para no convertirse  en los tigres protegidos de principios de siglo 21.

Vivimos en tiempos donde se fluye en una hiperconectividad, en un on-off line, rodeados de “smarts” donde pensar que se puede desconectar, vivir en off es todavía habitar en siglo 20.

El mundo y no sólo el occidental está cambiando cada dos años de un modo irreconocible que afecta nuestras costumbres. El ritmo de la tecnología avanza por encima de lo conocido, en TV, por ejemplo, de la grilla de ofertas programada por uno hacia muchos se está corriendo hacia la cultura de muchos a otros. Más la personalización: cada uno elige que y como y sobre todo cuando, rompiendo cualquier molde prefijado. Entonces también se pone en juego la figura del programador y la agencia de publicidad que pauta según horarios y segmentos. Todo se fragmenta, el qué, el cuándo, con quién: el salón y la familia viendo el mismo programa (los Simpsom viendo tele y comiendo papas fritas hace 18 años era una foto de familia), hoy con dos televisiones por casa, mas una computadora y cada chico con un celular, lo aprendido en la facultad no sirve de mucho en este mundo donde prima el deseo y la inmediatez del individuo.

Pero tal vez, estos son detalles de una nueva era de la comunicación donde los diarios ( si sobreviven ) serán aplicaciones de la web, Tal vez lo importante es lo que suceda cuando la cultura del individuo éste por encima de la cultura de las masas, cuando no haya algo en común que comentar entre todos al otro día en el trabajo o la escuela, cuando la fragmentación sea lo que compartamos, y sólo me comunique con mi tribu, con los que les interese las mariposas azules y estén en mi Red Social. O sean de mi club de fútbol. O de mi escuela. Y poco más.

Miremos cinco años para adelante cuando haya menos diarios, menos cines, y la TV sea solo una aplicación a mi demanda que solo yo la veo cuando yo quiero, y me baje mi grupo de música.
Hoy por ejemplo es bastante complicado preguntar una calle a alguien, porque muchos van con auriculares escuchando su propia música. Entonces, ¿quién se va a ocupar de los temas de la gente, del trabajo infantil por ejemplo?, de la discapacidad, que hoy con todo los medios funcionando y con un congreso y un gobierno con 54 por ciento de los votos, tiene de por si poco tratamiento. En la prensa gráfica, apenas un 1,8 por ciento de cobertura, según datos de ocho años de monitoreo de 22 diarios de la ONG Periodismo Social. En ese mundo de la inmediatez que está en ciernes, cabe preguntarse ¿cuál es el futuro de la democracia, sin un control social de medios independientes, con fondos suficientes para hacer control de la gestión pública, descontando que hoy así fueran?
El problema de este tema es que los que suelen pensar en política y en filosofía no conocen los temas de la tecnología o son directamente tecnófobos.

Pero hay datos y son contundentes; en Argentina el encendido de TV es de 32 %, y ha caído del 38 por ciento en los últimos cinco años. Los diarios en el mundo tienen fecha de defunción, el último sentirá la humedad de la tinta en 2017 según los pronósticos más alentadores. En internet se tardó en 2011 más tiempo en bajar música que aplicaciones. Es decir, sin el apoyo de TV y diarios, la música es menos popular que Angry Birds, por eso cabe la pregunta, sin los medios masivos, adonde va la cultura como la conocemos, y más importante: Donde va la democracia como la conocemos? Estamos pasando de una sociabilidad colectiva a 1 sociedad de individuos, ¿cómo esto va a impactar en la participación comunitaria o social?

Primavera Árabe.
Muchos dirán, nunca hubo tantas comunicaciones ni la gente leyó tanto como hoy en día. Es cierto. El celular es el dispositivo que más se vendió en la historia. Y cambio nuestras vidas de un modo rotundo. Hay 6000 millones de líneas activas de teléfonos celulares en el mundo y 7000 millones de personas.
Ese aparatito logró empoderar personas, derribar barreras tecnológicas, gobiernos y dictadores. Levantar las voces de la indignación. Participar en la comunicación. Witness. PH15. TN y la gente. Movimiento Agua y Juventud en 15 países de América Latina.


Chau Mubarak, Kadafi, revuelta en Siria. Indignados en Madrid, Nueva York, Londres, La tecnología no da de comer y la gente se cansa, los celulares son una herramienta espectacular, la más revolucionaria de la historia para conectar personas. Nunca antes paso lo que paso en 2011. De todos modos, debemos estar alertas sobre la ruptura de los lazos sociales formales para el desarrollo de estrategias de las organizaciones sociales desde los inicios. Ahora es el momento. Muchas veces las organizaciones pecamos de ingenuas y de trabajar en lo micro, de no preveer escenarios posibles. Este está en marcha.
La Guerra de Internet: Otro dato, internet también se encuentra en pugna, la web como la conocemos con páginas activas donde prima la gratuidad y redes sociales bajo el modelo Google; y el de aplicaciones pagas bajo el modelo Apple que es más solitario y menos comunicativo están en lucha por el bolsillo de los usuarios pero básicamente por su atención.

El cerebro de la gente, captarlo por segundos es lo que las empresas quieren.
Es la época del mundo donde las estrategias son clave. Conocer, saber y actuar. No puede haber un liderazgo responsable sin un conocimiento serio. Se están poniendo en juego la calidad de vida y los derechos de millones de personas de nuestro mundo.

El mundo no está en riesgo, nosotros lo estamos. El gran pensador Baumman el domingo en La Nación dijo que la enorme mayoría de la gente en el mundo estamos Precarizados, a expensas de los cambios de los mercados. Lo que está pasando en La nube va a definir la calidad de nuestros gobiernos, nuestra cultura y la forma como nos vamos a relacionar. Empoderar a Nuestras comunidades es fundamental desde una perspectiva estratégica con contenido y responsabilidad. No dejemos pasar esta oportunidad. Es histórica.