CÓMO NOMBRAR LAS GUERRAS.

El horror tiene un nombre, y el raro privilegio del bautismo lo tienen periodistas y editores que rápidamente lo transforman en una “marca” reconocible por lectores y consumidores de noticias en los titulares de diarios y noticieros en todo el mundo. Con el tiempo ese sello queda registrado en la historia y así será recordado el episodio para siempre. Como puede verse, toda guerra precisa un nombre, como lo necesita una gaseosa o un auto, o cualquier hecho que deba ser seguido por la prensa. Sólo que en este caso, se trata de la muerte y por la tanto debiera ser elegido muy cuidadosamente. No se debiera olvidar que, además de los muertos, se incluye a muchas personas que quedan discapacitadas, psicológicamente destrozadas, y niños y niñas marcadas por el estigma de la guerra por generaciones.


Por otro lado, el nombre de la guerra tiene una enorme carga ideológica. Sólo por poner casos recientes, la guerra de Gaza, la guerra de Irak, la guerra de Afganistán, no han sido, por ejemplo, iniciadas en los lugares que dieron origen al nombre por el que quedaron en la historia. Gaza es un pequeño territorio, Irak demostró ser la mayor mentira de Bush hijo, y Afganistán, tierra de nadie disputada entre Rusia y Estados Unidos. Es decir, en estos casos, debieran haber sido nombradas como la guerra de Israel, EE UU y Rusia. Si habláramos de los poderosos, sería difícil identificar qué guerra se nombra, sólo por la cantidad de acciones bélicas que iniciaron en su historia.

Para entender que hay una razón ideológica –equivocada y hasta perversa- en llamar a estos conflictos por el nombre de los territorios de los perdedores y que fomenta la idea de ser ellos los responsables de la guerra, basta con contar los muertos de un lado y del otro. Está claro que no se trata de guerras, sino de una invasión.



ACERCA DE ISRAEL, JUDÍOS, ÁRABES Y PALESTINOS. Con respecto a la invasión de Gaza por parte de Israel me parece importante puntualizar cómo nombrar a los distintos actores porque también se ve mucha confusión al nombrar. Cuando se habla del ejercito judío, se debiera decir, el ejercito israelí, para no involucrar a todos los judíos que viven afuera de Israel, que jamás votaron a ningún gobierno de ese país y no se sienten involucrados, ni respaldan la política israelí y que algunos (es mi caso) están incluso fuertemente contra esta guerra sangrienta que mató a casi quinientos niños. Hablar de judío como sinónimo de israelí genera antisemitismo. En el caso de hacerlo, (decir ejército judío) se debiera decir el ejército árabe (que genera lo mismo en sentido proárabe o antiárabe; recordemos las Torres Gemelas), refiriéndose al palestino, y utilizándose la misma lógica.

Si se dice el ejército de Hamas, se debiera decir, el ejército del Likud, lo cual sería un despropósito, pero congruente. Y siempre se debe recordar que Hamas fue elegido democráticamente por elecciones libres.

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